miércoles, diciembre 14, 2005

Los Eternos


Me gustan las estrellas. Por la ilusión de permanencia creo. Siempre se encienden, se agotan y se apagan; pero desde aquí, desde donde veo y observo, finjo que las cosas duran. Finjo que las vidas duran más que un momento. Los mortales destellan y se desvanecen. Los mundos no duran: estrellas y galaxias son transitorias, cosas efímeras que lucen como luciérnagas y se esfuman en el polvo y el frio. Pero puedo fingir. Fingir que todo lo que veo va a durar siempre, que nada cambia y que todo está ahi gracias a que yo lo estoy observando.

Sin embargo me siento pequeño e insignificante. Todos podemos saber nuestro destino, nuestro futuro, en lo que van a desencadenar nuestros actos. No sólo podemos saberlo todo, sino que lo sabemos. Nos decimos que no para que todo nos resulte soportable. ¿Por qué nos equivocamos?, ¿Por qué tropezamos con la misma piedra o hacemos cosas que realmente sabemos que no van a conducirnos a nada que nos guste?. ¿Sabemos lo que hacemos?. Todos lo sabemos, sólo fingimos que no. No se que pensar de ello, pero a veces lo único bueno es no saberlo todo.

Hasta la vista cowboy del espacio.
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