Momentos robados

La gente normalmente tiene momentos que da al mundo sin darse cuenta de ello. Yo muchas veces los he cogido porque me los ofrecían. Gustosamente los cojo y las personas que me lo dan lo agradecen. Han decidido dármelos. Curiosamente esto no siempre es así; hay veces que la gente se arrepiente de haberte dado momentos. Curiosamente también pasa que hay personas que quieren darte algún momento y no saben cómo dártelo. Dar un momento es algo especial.

Sin embrago, creo que una de las cosas más especiales que hay son los momentos robados. Son esos momentos que se lanzan a la inmensidad y que hay que ver, apreciar y atesorar. Esos momentos que te hacen sonreir bobaliconamente. Curiosamente te hacen dar otro momento a otra persona, que si sabe verlo, apreciarlo y atesorarlo, también lanzará otro momento. Hay que mantener el equilibrio.

Una habitación llena de gente, una llamada de teléfono a esa persona especial. Realmente no sabes de qué hablan; del tiempo, del trabajo, de si padre me ha dicho esto o lo otro, que ropa llevas,... Ni prestas atención a esas palabras, sin embrago hay un detalle que curiosamente se suele escuchar aunque estes hablando con otra persona en ese momento. La despedida.

Creo que pasa muy comúnmente. La habitación está llena de gente y hay vergüenza, da corte.


Realmente no sabes lo que dice el otro interlocutor. Puede ser cualquier cosa; pero lo que captas claramente, en ese momento en el que todo el mundo misteriosamente se calla, son las palabras de la otra persona. "Igualmente" o "yo también". Eso es un momento. No tienes intención de verlo, de robarlo, pero se te incrusta en el fondo del alma durante un pequeño instante y no tienes más remedio que robárselo. Ahora que lo pienso no es que robes el momento. Lo tomas prestado que diría un kender.


Entonces sonríes y lentamente... "inspiras"


Hasta la vista cowboy del espacio.